domingo, 3 de febrero de 2008

Pistas para reconocer la discalculia en un niño


  • Memoria: Problemas para recordar conceptos básicos de aritmética, tablas de multiplicar, significado de los símbolos y olvidarse de los pasos para resolver varios cálculos.

  • Lenguaje Matemático: Dificultad para expresar procesos matemáticos, para interpretar los enunciados de los problemas o incomprensión de conceptos como posición, relaciones y tamaño.

  • Habilidades visio-espaciales: Confusión en los signos aritméticos (el + por el x), inversiones numéricas (31 por 13), fallos en la seriación de números (1, 2, 4, 6, 7, 9...), colocar los números en posiciones incorrectas al realizar las operaciones o escritura incorrecta de los números.

Este trastorno del aprendizaje puede arrastrar un importante retraso educativo y puede afectar incluso a la vida diaria. Se pueden dar casos de adultos con discalculia que no puedan ni siquiera unas compras porque no son capaces de calcular si le han dado bien o no el cambio, o no saben cuantificar los precios de las cosas. Por otra parte, en los niños esta dificultad puede causar problemas de actitud; suelen estar a la defensiva porque están muy presionados por el rendimiento del resto de los compañeros, lo que crea una frustración y ansiedad en el niño que le puede llevar a la desmotivación o falta de interés, tal y como explica el psicólogo.

Discalculia

La discalculia es una disfunción que afecta al proceso de aprendizaje del cálculo en niños con un cociente intelectual normal y que se traduce, en el caso del currículo académico, en un bajo rendimiento en matemáticas. Clínicamente hablando, la discalculia se produce por una menor maduración a nivel cerebral de las áreas relacionadas con el procesamiento numérico.

La edad para detectar un problema de discalculia está entre los seis y ocho años, momento en que se introducen las matemáticas como materia independiente y se puede comparar el rendimiento de unos niños con otros. Pero ¿cómo se puede reconocer la discalculia? Antes que nada es importante distinguir entre un niño al que se le dan mal las matemáticas y otro que realmente tiene dificultades en el aprendizaje de éstas; la clave para diferenciarlo es que "el rendimiento en matemáticas de un niño con discalculia es significativamente inferior al del resto de los alumnos, siempre está dos o tres cursos por debajo del que debe tener; además, en la mayoría de los casos, es un retraso que se evidencia únicamente en esta asignatura, ya que en el resto de las áreas cognitivas su rendimiento se desarrolla dentro de la normalidad en relación a otros compañeros.